Chile, 18 de mayo 2023
Reconocer las etapas del duelo y compartir herramientas que nos ayuden a comprender el proceso y valorar las formas individuales y colectivas de abordar esta experiencia fue el objetivo del Taller “Autocuidado y duelo” impartido por Fundación EPES en sus centros Santiago y Hualpén, los días 10 y 17 de mayo.
Se realizó una presentación dialogada con las mujeres participantes que abordó los procesos del duelo y sus manifestaciones en distintos niveles, tales como emocional, físico, cognitivo-mental, conductual y social; además de los tipos y la naturaleza de la pérdida.
Se conversó respecto de los mitos y realidades del duelo, y los obstáculos en el camino hacia la sanación, como por ejemplo sumergirse en el trabajo y mantenernos ocupadas hasta el punto del agotamiento, situación que solo retarda el duelo.
En medio de un espacio fraterno y de respeto, las mujeres pudieron compartir sus experiencias personales para enfrentar la pérdida, muchas veces en solitario y otras en redes y en comunidad.
En Santiago el taller fue dirigido por las educadoras María Eugenia Calvin Pérez y Angelina Jara García.
En el taller en Hualpén participaron vecinas/os de la población René Schneider (Hualpén) junto a mujeres de otras comunas. En la ocasión se construyó una idea colectiva del duelo a partir de las propias experiencias y las maneras en que cada una enfrentó sus pérdidas. En base a sus relatos se desprendieron ideas que luego fueron profundizadas en la exposición dialogada.
Una de estas ideas fue el carácter tan personal del duelo, como también la exigencia, a veces autoimpuesta, de “estar bien” o “echarle para delante pese a todo”, aun cuando se sintieran sobrepasadas por la tristeza o el dolor físico. Se resaltó cómo en general nos permitimos pocos espacios para vivir emociones como la tristeza o la rabia, lo que finalmente solo hace más complejo el proceso de duelo.
En Hualpén el taller fue facilitado por la educadora de EPES Daniela Smith Véliz.
La segunda sesión cerró con el reconocimiento a aquellos/as seres queridos/as que las mujeres han perdido, nombrándoles y agradeciendo las vivencias compartidas, a la vez que se brindó un momento de conexión entre las participantes, integrando corporalmente la experiencia vivida en el taller.