El encuentro destacó la importante de la paridad de género en la creación de una nueva Constitución, y la la necesidad de que ésta contemple mecanismos destinados a erradicar la violencia de género, la discriminación y alcanzar una igualdad sustantiva.
Santiago de Chile, 23 de diciembre 2019 (EPES).- En el marco del proceso constituyente iniciado en Chile a partir de la revuelta popular, la Red Intersectorial de Trabajo por la no Violencia contra las Mujeres, El Bosque, convocó al Conversatorio «Pensando juntas los cambios que queremos para Chile», que se realizó el 10 de diciembre de 2019, en el centro de Fundación EPES Santiago, con la participación de la Asociación de Abogadas Feministas de Chile (ABOFEM).
En su presentación, la abogada feminista Lieta Vivaldi indicó que las razones para cambiar la Constitución Política de 1980 responden a la falta de legitimidad en su origen, impuesta durante la dictadura militar de Augusto Pinochet; además no representa los valores y principios de la sociedad actual; establece un presidencialismo exacerbado desequilibrando los demás poderes del Estado; y refuerza y pone cerrojo a un sistema patriarcal neoliberal.
Para ABOFEM, las características mínimas de una nueva Constitución deberían incluir la igualdad en todas sus dimensiones: paridad, plurinacional y reconocimiento de grupos minoritarios. Asimismo, el establecimiento de nuevos principios rectores para el Estado: eliminar la subsidiariedad y pasar a ser un Estado Social de Derechos, establecer un nuevo sistema de gobierno, reconocimiento y protección de derechos fundamentales sociales: Derechos sexuales y reproductivos, libertad sindical, protección del medio ambiente y el agua, derecho a la salud, educación, entre otros; e implementar mecanismos de participación directa y de reforma constitucional sin quórum prohibitivos.
¿Por qué una Constitución Feminista?
La abogada Vivaldi planteó que “la importancia de la Asamblea Paritaria radica en que la desigualdad de género en Chile es un problema estructural, social, político y económico, y por tanto se requiere transformaciones profundas para dejar atrás el modelo androcéntrico que está plasmado en la actual Constitución”.
“Necesitamos redistribución del poder, incluir paridad de género y a los pueblos originarios, aplicar la justicia con perspectiva de género, nuevos mecanismos de participación democrática; consagrar deberes y obligaciones específicas para el Estado, estableciendo un mandato general al poder Legislativo y al Ejecutivo para la generación de políticas públicas con enfoque de género”, precisó la jurista de ABOFEM.
Durante el conversatorio, la abogada precisó que un enfoque sustantivo de igualdad de género debiera establecer como derechos constitucionales, entre otros, la igualdad en derechos políticos y el derecho a acceder y ejercer cargos públicos sin discriminación; garantizar el derecho a la salud, específicamente a la salud reproductiva; reconocer y valorar el trabajo doméstico no remunerado; la igualdad en el acceso y el ejercicio de la propiedad sobre bienes muebles y raíces; y el deber de promover el respeto y reconocimiento de los conocimientos ancestrales de las mujeres indígenas; y el derecho a una vida libre de violencia, y a la integridad física y psíquica.
También –agregó- es determinante para la igualdad de género que se establezcan derechos sociales y colectivos, se acaben las discriminaciones institucionales en salud y previsión, y se reconozca y garantice la educación gratuita, laica y no sexista, y el reconocimiento de distintos tipos de familias.
Las participantes del encuentro reflexionaron colectivamente e identificaron que la nueva Constitución debería establecer la Defensoría del Pueblo, dignificación de la vida (salud, alimentación, viviendas y pensiones dignas), incorporar el Derecho de la Naturaleza, y el principio del buen vivir, entre otras.