Marcha 8M: Nuestra historia es resistencia y rebeldía


Chile, 9 de marzo 2023

Fundación EPES participó en multitudinarias marchas desarrolladas en Concepción y Santiago en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, este miércoles 8 de marzo.  

En Santiago, la marcha se inició desde Plaza Dignidad hacia Los Héroes, para finalizar en un acto de cierre con vocerías de distintas organizaciones de la articulación compuesta por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres, Movimiento Proemancipación de las Mujeres de Chile (MEMCH), Ni Una Menos Chile, ReSueltas Feministas Populares, Asamblea Permanente por la Legalización del Aborto, Colectivo CUECA Sola, entre otras.

EPES Santiago marchó con el lienzo “Vivan las mujeres que luchan por sus derechos”. En tanto, EPES Concepción su sumó a la marcha convocada por la Red Chilena contra la Violencia hacia las Mujeres y Niñas del Biobío, en articulación con diversas colectivas y organizaciones del Biobío, la cual comenzó -como es habitual- desde los Tribunales de Justicia.

“Por nuestras compañeras caídas y por una sociedad igualitaria; por las mujeres víctimas de violencia y femicidios; porque nunca más tendrán nuestro silencio”, se leía en la convocatoria a marchar por el centro de la capital penquista. 

¡Patriarcado y capital son alianza criminal! y ¡Las feministas no perdonamos ni olvidamos ningún golpe! fueron parte de las consignas. 

(Revisa las fotografías en nuestras redes sociales AQUÍ)

Declaración Día Internacional de las Mujeres #8M2023

Nos encontramos ante una nueva conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, con la certeza de que nuestra historia es resistencia y rebeldía.

Este año se cumplen 50 años desde el Golpe de Estado cívico-militar que cambió la trayectoria de nuestro país, profundizando la desigualdad, la pobreza, el robo y destrucción de la naturaleza y la violencia. Este 8 de marzo la memoria persiste: por las personas ejecutadas políticas, detenidas desaparecidas y quienes sobrevivieron a la persecución, torturas, prisión política y exilio. Persiste la memoria de las mujeres víctimas y sobrevivientes de la violencia político-sexual, que aún exigen verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición.

Recordamos y agradecemos a las mujeres que en 1978, se arriesgaron y levantaron la primera convocatoria pública del 8 de marzo, en plena dictadura; a las que se organizaron y alzaron contra la tiranía, luchando por la democracia y la subsistencia de sus familias, vecinas y vecinos.

Somos mujeres, niñas y disidencias, somos las que cuidamos y las que abortamos en clandestinidad, somos jóvenes y viejas, somos migrantes, afrodescendientes, campesinas e indígenas que hemos sido afectadas por la represión y la violencia estatal; por el colonialismo, por el racismo, por el odio hacia las mujeres, por el lesbo y trans odio; por la pobreza, el endeudamiento y la mala atención en salud. No están aquí: las vidas que nos ha arrebatado la violencia femicida, las privadas de libertad, la niñez institucionalizada en Sename y quienes no pueden dejar de cuidar. Por las que no pueden estar, estamos, y no dejamos de alzar la voz. Nos potenciamos colectivamente en la resistencia y el acompañamiento, somos transformación.

Las mujeres y feministas hemos luchado por transformar los marcos sociales, culturales, políticos y económicos que nos impiden tener una vida digna, a través de acciones individuales y colectivas, en distintas épocas y territorios. Somos movimiento, potencia y fuerza; pensamiento y acción. 

La larga historia en que se trenzan nuestras luchas ha estado marcada por avances y retrocesos: nuestra autonomía, libertades y los derechos que hemos conseguido siempre están bajo amenaza por parte de sectores conservadores.

Antes y hoy, hemos alzado la voz con fuerza. Antes y hoy, nos hemos enfrentado a la represión política, a la violencia machista y a la precariedad de nuestras vidas. Antes y hoy, continuamos en alerta y haciendo frente a la ultraderecha y el autoritarismo. Antes y hoy, hemos sacudido nuestras penas, dolores y caídas, nos levantamos una y otra vez. Nos miramos con ternura, tomamos nuestras manos, para volvernos camino y horizonte. 

Tomamos aliento, impulso y volvemos a avanzar, gritando cada vez más fuerte que luchamos por construir una sociedad realmente democrática y con participación plena. Por construir una vida libre de toda violencia, colmada de memoria. ¡Porque nuestra historia es contra el olvido y los silencios! ¡Nuestra historia es resistencia y rebeldía!

Y así, rebeldes y resistentes, con nuestra porfía e insistencia feminista, nuestras banderas, pancartas, gritos y cantos, con nuestras rabias y afectos, sufrimientos y alegrías: nos convocamos a reencontrarnos en las calles, de todos los territorios, mañana 8 de marzo, para marchar juntas y juntes.