Tejiendo redes por la Soberanía Alimentaria y el Buen Vivir

Una mañana de sábado, 75 huerteras, huerteros y educadores populares de la comuna de El Bosque, se encontraron en los primeros días de invierno. Se reunieron para participar del II Encuentro de Huertas Comunitarias, organizado por el proyecto de Alimentación, Justicia y Salud de EPES, junto a la Mesa Intersectorial de Alimentación de la Municipalidad de El Bosque. Durante la mañana contamos con la participación y reflexiones de Camila Montecinos, integrante de la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas (ANAMURI), para conversar sobre la semilla y la soberanía alimentaria: una mirada desde la ciudad. 

La conversación fue la primera parte de una jornada llena de colaboración, intercambio de saberes y de compartir experiencias. Tras una reflexión en conjunto sobre las barreras que existen para avanzar hacia el ejercicio del derecho a la alimentación y soberanía alimentaria, las y los huerteros pudieron idear cómo las huertas comunitarias pueden aportar en derribar estos obstáculos, donde la organización social se vuelve fundamental en este proceso de transformación y lucha desde los propios territorios,

“El conocimiento se construye en colaboración con otros. Los espacios de diálogos, de intercambio de experiencias y saberes son muy relevantes en los procesos de concientización a nivel comunitario. Es una forma de poner en valor lo que las huertas hacen en sus propios territorios a la vez que aprendemos haciendo”, comentó Susana Jiles, educadora de la Fundación EPES. 

Las huertas pudieron mostrar y compartir su trabajo en una feria de experiencias de huertas comunitarias de la comuna de El Bosque, donde presentaron fotos, semillas, almácigos y reflexiones cómo las huertas aportan al bienestar de toda la comunidad, desde la recuperación de espacios abandonados al fortaleciendo el vínculo entre vecines. Margarita Ley del Huerto Comunitario Dignidad, cuenta por qué para ellos y ellas este trabajo se ha vuelto una prioridad para su equipo:  “Nos dimos cuenta que era mucho mejor crear nuestros propios alimentos y así enseñarle a la gente y a los niños la diferencia entre un producto que es orgánico, totalmente limpio y que viene directo desde la tierra, a algo que es comprado y que te puede enfermar a la larga”.

Continuamos la jornada con un intercambio de semillas y plantas traídas por las y los participantes del encuentro. Semillas de zapallo, tomates, porotos y plantines de hierbas medicinales pasaban de mano en mano, entre conversaciones sobre cómo obtuvieron y han guardado estas semillas por generaciones. Cada huerta trajo su selección más valiosa para compartir y ser parte de un intercambio de alimentos y conocimientos. “Al poder conservar nuestras semillas sanas, podemos tener en nuestro futuro los mismos alimentos que nuestros antepasados”, reflexionó Sonia Bustos, del Huertito Verde de Hualpén, una huerta que ha crecido en los jardines de EPES Concepción gracias a las monitoras de salud. “Somos nosotras las cuidadoras de nuestras semillas, porque es el legado que dejamos a quienes vienen. Nosotros vamos de paso, pero vienen nuevas generaciones y ellos también tienen derecho a tener nuestras semillas y nuestro patrimonio”. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *